Un nómada cineasta de alma campesina

Un nómada cineasta de alma campesina

Su antepasado, pasado, presente y futuro, están arraigados al cine, a la magia de la luz, de lo cotidiano y de todo suceso que en este país se pueda vivir y apreciar. Músico en su juventud, profesor también en su presente. Juan Pablo Bonilla Rengifo es un lente andante de caminos, ritmos e historias.

Por: Sofía Cerón Jiménez

– ¿Dónde vives?, le pregunté.

– Donde está el trabajo, me respondió.

 

Desde la primera conversación que sostuve con Juan Pablo para encontrarnos y hablar sobre su vida, quereres y la participación que tendría en “Popayán Ciudad Libro”, una feria muy reconocida, que se realiza anualmente en la capital caucana, el primer rasgo que me saltó a la vista, fue la condición nómada que lleva en su vida actual. Principalmente va y viene entre Medellín, Bogotá, Popayán y otras ciudades y lugares de Colombia. La razón principal: su trabajo como director de fotografía, por lo que la única razón que lo hace llegar y permanecer en su casa en Silvia, Cauca, casa que compró especialmente porque su madre quería vivir en este municipio, es cuando no tiene uno o varios proyectos cinematográficos en marcha.

 

Juan Pablo es un cineasta, entre las muchas razones, por la memoria genética que en su familia pervive, como él mismo lo dice. El papá de su mamá, Lucila Rengifo, era proyeccionista de una sala de cine que había en Silvia y el papá de su papá, Hernán del Campo Bonilla, nunca faltaba a cine. “Mi papá dice que él ya tenía una silla comprada. Todas las semanas iba a cine. Nunca faltaba. Estreno en Popayán, él estaba ahí”, dice Juan Pablo sobre su abuelo paterno.

 

Juan Pablo Bonilla Rengifo: un lente andante de caminos, ritmos e historias

Imagen proporcionada.

Lucila Rengifo, madre de Juan Pablo, nació en Silvia, estudió diseño gráfico y artes plásticas, que en ese momento eran una sola carrera, luego estudió derecho y es pensionada en la rama judicial. Lucila es una de las personas que Juan Pablo conoce, que más cine ha visto, incluso ahora que ya no tiene tanta memoria, sigue viendo cine. Por tanto, cuando él era un niño, ella le habló mucho sobre películas, y así también le fue transmitiendo el gusto.

 

Hernán del Campo Bonilla Herrera, padre de Juan Pablo, nació en Popayán, estudió antropología, se especializó en antropología forense y es escritor. “A mi criterio muy buen escritor”, afirma Juan Pablo. Hernán del Campo actualmente está escribiendo sobre cine y también es precursor de la vida de cineasta que lleva su hijo.

 

Los dos: Lucila y Hernán, llevaban a Juan Pablo a ver películas para adultos desde muy pequeño. “Te lo cuento, porque esto tiene relación en quién soy yo definitivamente”, dice el cineasta.

 

También fueron su madre y padre quienes le influenciaron y enseñaron el buen gusto musical. Lucila y Hernán escuchaban mucho rock, rock inglés, lo que ahora serían los clásicos del rock y también disfrutaban de cantantes como Mari Trini, Charles Asnavour. Aunque Juan Pablo en su vida actual no se dedica a la música, ésta influencia musical lo marcó grandemente, tanto que, dentro de su formación académica está la carrera de música, además de artes plásticas, cine y publicidad. También tuvo una banda de rock llamada “Fuera de quicio”.

"Fuera de quicio" alcanzó a lanzar dos discos.

Imagen proporcionada.

“Nosotros simplemente fuimos un grupo que perduró durante más de 12 años, que insistió haciendo música”, cuenta el entonces percusionista de la banda. Llegaron a lanzar dos discos, el segundo 100% de producción de los músicos, donde se notó la evolución de la banda, fue mejor grabado y cuidaron de no cometer errores que se les presentaron en la producción del primero.

 

Según Juan Pablo, “Fuera de quicio” se acaba porque se agotaron de hacerle promoción con recursos propios al último disco. Apenas se acaba esta banda, nunca más vuelve a tocar, ni a dedicarse a hacer música.

 

Aun cuando en su vida presente no se dedica a la música, en la pasada feria “Popayán ciudad libro”, llevada a cabo desde el 23 al 30 de octubre de 2022, fue invitado junto a Miguel Varona y Damián Chávez, al espacio titulado “Fuera de quicio: una historia del rock en Popayán” y aunque para Juan Pablo sea extraño que lo invitaran a hablar sobre una historia del rock que es escasa en la ciudad, espera que las anécdotas de la época en la que hacían música, le aporten en algo a lo que se intenta entender como la historia del rock en la ciudad blanca.

La banda musical duró doce años

Imagen proporcionada

Volviendo al más grande amor, la más grande pasión que ha construido Juan Pablo y que lo acompaña hasta el más presente de sus días, su trabajo como director de fotografía. Es una pasión que viene cultivando desde niño, también en su paso por la universidad y ya definitivamente al ser increpado por uno de sus grandes amigos del mundo audiovisual.

Debido a que dentro de la realización audiovisual Juan Pablo inició como un comprometido productor, pero siempre con inclinaciones también sobre la fotografía, un día junto a su amigo Juan Pablo Tamayo, uno de los grandes productores de este país, tienen la siguiente conversación, determinante para empezar a decidirse por uno de los dos caminos:

 

– ¿Vos qué querés ser: vos querés ser productor o querés ser director de fotografía?

– Pero, ¿cuál podría ser el impedimento de hacer las dos cosas?

– Hay muchos productores que son directores de fotografía y hay muchos directores de fotografía que son productores, el problema con eso, es que hay la posibilidad de terminar siendo un mar de conocimientos con un centímetro de profundidad, entonces es decisión de uno si quiere ser eso o quiere ser un charquito con mayor profundidad … Si querés ser productor, te venís conmigo y yo puedo enseñarte sobre producción y si querés ser director de foto pues también te apoyo en eso.

 

Estas palabras de su amigo, que Juan Pablo sintió a la vez como una patada y un espaldarazo, lo despertaron, le movieron el piso y fueron definitivas para empezar a encaminarse por ser ese charco con mucha profundidad en la dirección de fotografía. Sin embargo, este cambio no sucedió de un día para otro, la producción lo siguió llamando hasta que en el año 2009 realizó su primer trabajo serio como director de fotografía: un largo documental para televisión llamado “Las rutas del Yagé”, en el cual se sintió “como pez en el agua”, aun con todas las dificultades y responsabilidades que eso significaba.

En adelante y hasta la actualidad, con todas las proyecciones de futuro, es un director de fotografía apasionado y comprometido con su trabajo, un director de fotografía que se entrega a cada proyecto como si fuera el primero y el último.

 

Su proyecto más próximo es una película experimental sobre el estallido social del paro del año 2021 en Colombia.

“Uno termina teniéndole cariño a todos los proyectos, y el proyecto al que más le tengo cariño siempre va a ser el proyecto en el que estoy trabajando actualmente, porque siempre aunque estés haciendo documentales, o películas del oeste, siempre cada proyecto es distinto, como cada día lo es, cada día te ofrece posibilidades distintas y tú tienes que leer esas posibilidades distintas, para ver cuál es la mejor solución a un problema que se te presente, entonces yo creo que uno aprende diariamente y eso hace que le tomes cariño a todos los proyectos.

Su proyecto más próximo es una película experimental sobre el estallido social del paro del año 2021 en Colombia.

 

Juan Pablo Bonilla Rengifo, tiene en su alma el cine, las historias, los viajes, pero también tiene un alma campesina, aún sin serlo, pues esto implica mucho más que vivir y querer el campo, pero que lo ha llevado a construir una relación directa, de mucho respeto y agradecimiento con la naturaleza, con los animales, con el campo. También es un hombre con una marcada aversión a las doctrinas académicas, pues según él, te encasillan y todo lo que se salga de los límites que establecen está mal, por ello, aparte de sus estudios académicos, su formación real ha estado en los libros, bibliotecas, en tratar de entender la vida si eso tiene algún sentido, en sus maestras y maestros de la familia, de la vida en forma de amigos o conocidos, en los animales de quienes también hay mucho por aprender. Estudiar siempre será una constante de la vida.

 

Juan Pablo Bonilla Rengifo es un hombre que se ríe con confianza, sencillo, que piensa sus palabras, es un nómada que decidió caminar muchas vidas, tragedias, alegrías, dolores, colores, comienzos y finales.

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