Salud mental de los docentes ¿afectada por la educación virtual?

Salud mental de los docentes ¿afectada por la educación virtual?

Desde que inició la pandemia por Covid-19, los colombianos han sufrido diversas afectaciones en su salud mental. Para los docentes la virtualidad ha sido tanto o más dura que la presencialidad. Las dos historias individuales que aquí se cuentan conforman una sola historia colectiva: la reinvención de los docentes y su estado emocional.

Por: Christian Albeiro Benítez

La virtualidad y la variedad de actividades

Alejandro Gómez de 33 años, es comunicador social y docente desde hace 5 años en la Institución Educativa Nuestra Señora del Carmen. Este establecimiento educativo es orientado por la Comunidad Religiosa Franciscana de Popayán, y lleva 61 años de servicio.

Alejandro es un docente que ha implantado durante toda su vida laboral las tecnologías de la información y la comunicación para el desarrollo de sus clases, además la institución ya contaba con una plataforma digital, antes de que la educación migrara a la virtualidad. Por ello tanto a docentes como estudiantes se les ha facilitado esta nueva forma de enseñanza aprendizaje.

Institución Educativa Nuestra Señora del Carmen

Popayán

Sin embargo, para el docente han surgido varios cambios en su práctica laboral, los más importantes relacionados con el proceso de socialización con colegas y estudiantes, “antes se interactuaba más y el lenguaje corporal también comunicaba, ahora a muchas de mis estudiantes les da pena o pereza participar en clase”. Además de las 4 horas de clase diarias Alejandro debe usar gran parte de su tiempo para prepararlas, “no solo es explicar el tema, sino crear herramientas, crear actividades (…). Uno se puede demorar entre 2 y 3 horas para preparar la clase de una hora”.

Sus clases virtuales han ido evolucionando con el paso del tiempo, ha buscado nuevas estrategias ya que “en la virtualidad las estudiantes se distraen y solo escuchan, por eso lo clave es estar cambiando de actividades, usando diversas plataformas, y en medio de las clases realizar pausas activas a través de juegos, esto desgasta al docente ya que tiene que mantener a las estudiantes ocupadas todo el tiempo”.

El paso a la virtualidad exigió a los docentes incorporar rápidamente nuevas habilidades.

Repartiendo leche y talleres

Carmen Alicia Hoyos, es profesional en educación especial, tiene 54 años de edad, es docente hace 26 años, los últimos seis, ha trabajado en el área rural, en la Institución Educativa las Huacas, sede Quintana.

Quintana es un corregimiento del municipio de Popayán ubicado aproximadamente a hora y media de la cabecera municipal. Esta sede cuenta con 16 estudiantes entre los grados transición y quinto; Carmen es la única docente allí.

Antes de la pandemia, se levantaba a las 3:40 de la mañana, su jornada laboral iniciaba a las 7 am. Se transportaba en el pequeño camión del lechero quien recorría diariamente esa distancia. Preparaba sus clases para cada grado, no utilizaba ninguna herramienta tecnológica debido a las condiciones estudiantiles, institucionales y territoriales.

Durante el aislamiento sigue cumpliendo con su jornada laboral, prepara sus clases y talleres en físico para cada grado y cada área. Sus estudiantes no conocen la educación virtual, “desafortunadamente en nuestra sede no se puede hacer así, pero hay que buscar los mecanismos para llevar a cabo todo los planes del año curricular”. Por esta razón ha recurrido al lechero, quien además de transportar la leche ahora transporta el material para los estudiantes con las indicaciones y talleres de la docente.

Algunas veces la profesora Carmen ha tenido que visitar a sus estudiantes para continuar con el proceso de aprendizaje, ya que algunos de ellos no tienen quien les guíe en la realización de sus tareas y actividades, “me ha tocado ir a la escuela algunas veces, llamar es muy dispendioso porque no hay señal telefónica, al menos voy unas dos o tres veces al mes para orientarlos, ya sea en la escuela o de casa a casa”.

El cambio de rutina le ha ocasionado algo de estrés, su jornada laboral también se ha extendido, “yo diría que ha aumentado, porque ya hay que trabajar de manera virtual con la institución y realizar los talleres en físico para enviarlos, hay que ser recursivo, documentarse, tratar de ser lo más explícito posible con padres y niños, eso es muy dispendioso”. Sus estudiantes también han manifestado cansancio de estar en sus hogares y muchas ganas de volver a su escuela; sus padres, muchas veces no están en casa, deben continuar laborando para poderse mantener, otros son analfabetas y no pueden orientarlos, por eso se ha recurrido a algunas madres de familia para que orienten a varios estudiantes.

“Las actividades diarias de un niño de la zona rural son diferentes, no disponen de medios tecnológicos que los distraiga, allá deben ayudar a sus padres con las labores del hogar, como traer leña u ordeñar”. Para motivarlos se les envía junto a los talleres mensajes positivos, recordándoles que son inteligentes, importantes y que hay que seguir luchando por sus sueños, la docente les llama ‘pildoritas de motivación’.

Afectaciones de la Covid-19

La restricción de la movilidad ha cambiado radicalmente la rutina cotidiana de los colombianos, las nuevas realidades del teletrabajo, el desempleo, la educación en casa y la falta de socialización han desencadenado serias consecuencias en la estabilidad emocional. De acuerdo con el Hospital Psiquiátrico San Camilo, los estudiantes y docentes hacen parte de las poblaciones más vulnerables frente a la afectación de la salud mental durante la pandemia.

Para Angie Bermúdez, psicóloga del Ejército Nacional, las alteraciones más frecuentes en este grupo poblacional son la ansiedad, el estrés y la frustración. Estas están enmarcadas dentro del cuadro clínico denominado por la psicología como Síndrome de Burnout o “trabajador quemado”, síndrome que ha aumentado durante el aislamiento, manifestándose en el agotamiento físico y emocional debido a la carga laboral de los docentes.

La frustración ha sido el síntoma más reiterado en los maestros, quienes temen al fracaso al no conseguir los resultados deseados por las directivas institucionales, por padres de familia y estudiantes, así mismo temen por la efectividad de sus metodologías para lograr el aprendizaje de conceptos básicos en sus estudiantes. Las afectaciones en la salud mental pueden estar acompañadas de cansancio, dolores físicos, alteración del sueño y desórdenes intestinales.

Según la encuesta realizada por la Asociación de Universidades Colombianas (ASCUN), el 88% de los docentes cree que su carga laboral ha aumentado. La verdad es que el coronavirus generó diversas crisis en la sociedad, que ponen en interrogante el modelo de desarrollo colombiano, la falta de garantías para que todos los estudiantes tengan acceso a la educación remota, las grandes inequidades en el acceso al sistema de salud, el aumento del desempleo, las grandes brechas entre las urbes y las zonas rurales y la poca inversión en salud mental están en contravía del crecimiento económico, el apoyo a empresas extranjeras, el otorgamiento de concesiones para la explotación de recursos naturales, que son los principales objetivos del gobierno colombiano.

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